Te doy la posta

Una verdad a medias es una gran mentira. Los terroristas se ufanaban de haber asesinado a un ciudadano argentino. Se justificaban diciendo haber causado una baja al enemigo. Silenciaban el crimen de una niña. El 25 de enero de 1977, la organización terrorista Montoneros, colocó un artefacto explosivo en el interior del Club Social Nueva Era de la Ciudad de Rosario, próximo a la Comisaría 14ª. Al detonar causó la muerte del agente de policía Miguel Ángel Bracamonte y de la menor María Leonor Berardi de 15 años, que casualmente pasaba por el lugar. La "hazaña" es publicada en la revista Estrella Roja Nº 92 del 31 de enero de 1977 en su página 18, como una "baja al enemigo" sin ninguna referencia a la niña asesinada. Hoy, las autoridades políticas, se niegan a colocar en la Seccional Policial una placa en homenaje al Agente Bracamonte, muerto por la barbarie montonera, pero levantan un monumento al principal ideólogo del terrorismo en la Argentina, el homófobo Er

Una verdad a medias es una gran mentira. El periodista Juan Carlos Tizziani como hijo putativo del odio vuelca sobre el papel del pasquín Rosario 12, múltiples expresiones injuriosas contra los acusados por delitos de lesa humanidad. El 12 de octubre de 1914, en el pasquín, se deleitaba publicando entre otras cosas, la detención de un oficial de la policía santafesina, acusado falsamente del homicidio se la terrorista Nilda Peters, que se SUICIDARA el 22 de octubre de 1976 en el interior de la vivienda de calle Alvear N° 5754 adonde había ingresado . Omitió decir que se trataba de una imputación falaz que dio lugar a que el juez federal prevaricador Reinaldo Rodríguez detuviera al oficial Juan Carlos Baez, por las falsas acusaciones, sin haberle tomado declaración al dueño de la casa donde la terrorista se quita vida. Juan Carlos Baez debió ser puesto en libertad, pero la injusticia y el daño ya se habían consumado. Pero Juan Carlos Tizziani tiene una obsesión: Eduardo Ramos. Eduard

Ante una resolución del jefe de policía de Santa  Fe, de derogar una norma que prohibía que el personal llevara proyectil en recámara, distintas voces se alzaron repudiando la medida. ¿En qué afecta a los ciudadanos comunes el hecho de que el policía lleve proyectil en recámara? Normalmente lo hacía, pero al haberse legalizado la acción, surgió el escándalo. Colocar una bala en la recámara lleva unos pocos segundos, que son los que pueden salvarle la vida al policía frente a la acción de un delincuente. Los secuaces de los que en los '70 mataban a un policía y le robaban el arma para ascender de jerarquía dentro de las organizaciones terroristas, son los que quieren una policía indefensa, que les permita delinquir y sembrar el caos impunemente. A los delincuentes hay que perseguirlos, y si es necesario, "aniquilarlos", aunque sean policías, políticos o gremialistas. A la policía y a las fuerzas de seguridad se les deben brindar las herramientas necesarias para ell